La mitad femenina de everything but the girl se ha lanzado en solitario con un disco magnifico.
El ritmo electro-ambient es embriagador desde el principio por la magnifica voz de la artista.
Nos encontramos ante el mejor Moby, el de Play, mejorado con canciones más redondas y contundentes.
El ritmo electro-ambient es embriagador desde el principio por la magnifica voz de la artista.
Nos encontramos ante el mejor Moby, el de Play, mejorado con canciones más redondas y contundentes.
El single "It's all true" daba pistas engañosas porque nos llevaba a pensar en electrónica más bailable. Lo que nos encontramos es unas canciones con una unidad relativa del conjunto, combinación de hits de discoteca con una mayoría de canciones más reflexivas.
Hay canciones donde la voz de Thorn se impone nitidamente sobre el conjunto, tal "A-Z" o la extraordinaria "Grand Canyon". Otras dejan la base electrica al margen y podrían entrar en un disco de jazz melódico como "hands up to the ceiling" de un intimismo precioso.
En definitiva, la primera mitad liberada de Everything but the girl ha superado la aventura común, esperamos respuesta de Watt embarcado en el house más efectivo.
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