martes, julio 24, 2007

Un clásico de Bastilla


Café de l’industrie
17, Rue Saint-Sabin
75011 Paris

El café de l’industrie es un clásico en Paris. Poca gente no lo conoce y poca gente no habla bien de el. Decorado con diversidad de objetos de lo mas variopintos y con predominancia del rojo oscuro en las dos salas este restaurante ofrece siempre una velada de primera, en cualquier circunstancia: para ir con amigos, para celebrar algo, para ir en pareja….para todo sirve y bien este precioso sitio.

Ya he estado cenando (siempre cenando, nunca comiendo ni en el brunch dominical que se lleva bastantes elogios) mas de una decena de veces en el local y todas ellas saliendo encantado. A pesar de su larga historia en el barrio (abierto en los años 80) continua a ser uno de los valores seguros de la zona.

A destacar que estando siempre lleno, nunca te quedarás sin mesa en alguno de los dos Café de l’industrie situados a ambos lados de la rue Saint-Sabin.

Restaurante a carta minimalista y servicio muy agradable, el resultado siempre son ganas de volver pronto.

Aperitivos a compartir: Carpaccio de berenjenas / Terrine campagnarde / Ravioli de queso
Plato: Tagliatelle al pesto
Postre: Pastel de chocolate
Vino: Soupçon de Rosé – Côtes du Rhon rosado

Comida: Lo mejor del restaurante, aunque la carta es limitada y se echa de menos algunos platos de cartas anteriores (croustillant de chèvre – pastel crujiente de espinacas con queso de cabra por encima mmmmm), el carpaccio de berenjenas estaba bien rico y la terrine campagnarde siempre a gran nivel
Los tagliatelle al pesto fueron aceptables pero sin pasarse y el pastel de chocolate muy seco haciendo que echáramos de menos el tradicional y bien valorado moelleux histórico del lugar.

Servicio: De 10, gente majísima, tratando de hacer la vida agradable a los clientes y creando buen ambiente con sus participación a las coñas de alguno que otro.

Vino: El calor ambiente hizo que nos decidiéramos por un rosado fresquito y suave que entro de maravilla y sirvió de noble compañero a la comida

7,5 / 10

Velib (2)
primeras experiencias

El domingo pasado hice la prueba del Velib y hoy me voy a tener que tragar algunas de las palabras del post del jueves sobre el asunto y dar razones a los críticos del sistema.

Éramos tres el domingo a hacernos con bicis, tardamos una hora en encontrar tres bicis libres en la zona de St Lazare. Entre los problemas encontrados figurarían:
  • Numerosas bicis tenían las ruedas pinchadas
  • Los menús en lenguas distintas del francés no funcionaban
  • Una inmensidad de pasos a recorrer para abonarse y posteriormente para reservar la bici
  • Cuando intente abonarme con mi pase Navigo, el sistema no me lo permitió

Una vez encontradas las tres bicis, el paseo en si fue una gozada gracias al buen tiempo y al poco tráfico en la ciudad los domingos. Con el deseo de hacer un pic-nic en los Champs de Mars allí nos dirigimos pero fue imposible dejar las bicis mientras comíamos con el consiguiente gasto. Digo yo que no costaría nada pensar que la gente va a necesitar más apeaderos cerca de sitios turísticos donde además el espacio no es limitado.

En definitiva el Velib tiene muchas imperfecciones que esperemos se vayan solucionando progresivamente; hace falta manutención de los vehículos, mejorar y hacer más amigable el interface publico, planificar mejor los puntos de recogida y de llegada de bicis y bajar un poco el precio de las horas suplementarias (4€ la tercera media hora parece un poco excesivo aunque entiendo que lo que se quiere obtener es un sistema de transporte publico y no un sustituto de las tiendas de alquiler de bicis)