…..Y órdago a la Navarra

El PSN ha decidido en votación ayer de su ejecutiva aprobar el pacto con Izquierda Unida y Nafarroa Bai para formar un Gobierno de Coalición.

Al parecer se han juntado las ganas enormes de NaBai de formar Gobierno aceptando la primera oferta socialista (aquella que el PSN consideraba que seria inaceptable y acabaría con el proceso antes de empezarlo), con el chantaje de Miguel Sanz para asegurarse un Gobierno sin oposición y la presión de las bases socialistas en Navarra por un cambio en la región.

Yo ya apostaba hace quince días por el esfuerzo navarro por una mayoría sólida en Madrid en Marzo y sigo creyendo que es la mejor opción para el PSOE.

Pero la noticia de ayer hace el problema más grave, por un lado desde el respeto a las agrupaciones locales y a la democracia interna el PSOE debería aceptar lo acordado por sus representantes navarros. La figura siniestra y mediocre de José Blanco no puede inmediatamente ayer decir sin tapujos “la respuesta es no” como si el fuera el mangoneador mayor del reino. Mas le valdría al PSOE replantearse quien ocupa el puesto de secretario de organización si tal puesto esta ocupado por un individuo de semejante talante democrático.

También es revigorizante ver agrupaciones locales que actúan de manera independiente, aunque sea para equivocarse como es en mi opinión el caso. Demuestra vida política realmente vivida y no acumulación de figurantes de un pensamiento único como solemos ver en el principal partido de la oposición.

La solución es compleja porque tiene riesgos ciertos de afectar al Gobierno del país en sus últimos meses de legislatura, ya de por si bastante alicaídos, y comprometer el resultado en marzo. En todo caso, ante retos confusos no hay mejor manera que demostrar valores democráticos y consultar a las bases navarras para estar seguros que lo decidido por su ejecutiva es aceptado por los militantes (que yo no lo tengo tan claro desde el exterior) y si es el caso, aceptarlo desde Ferraz y explicarlo a los españoles con algo mas de claridad que el oscurantismo de las negociaciones con ETA.