martes, julio 31, 2007

Acumulando ofensas, alimentando la venganza

Tras un fin de semana largo vuelvo a la actualidad atlética y no acumulo sino ganas de llorar.

En el campo y por la mínima el Atlético batió al Gloria Bistrita por un gol a cero, tanto de Forlan. Frente a un equipo de ínfima categoría, la borregada gilista pudo volver contenta a casa y los acontecimientos del verano olvidados antes de ser recordados. Ni una sola pancarta contra el gilismo, ni un solo recuerdo del capitán exiliado.
Pero a esta vergonzante victoria se le han sumado dos noticias nefastas, de esas que dejan a cualquier atlético de buena fe clamando por la venganza.

Reyes es nuevo jugador del Atlético de Madrid. Tras aceptar cedidos del Real Madrid ahora aceptamos a jugadores que nos desprecian y se ríen de nosotros. Once meses han pasado desde que el sevillano habiéndose comprometido con el equipo rojiblanco prefería jugar en el detestado y detestable equipo de blanco. No solo ha jugado un año allí sino que ayudó decisivamente a que los de Capello se hicieran con el título. ¿Orgullo? ¿Qué es eso? Sólo queda esperar que este desgraciado sevillano se lesione de gravedad antes de vestir el escudo del oso y el madroño y así nos libremos de semejante oprobio

Pero lo verdaderamente descorazonador es la confirmación de la venta del Vicente Calderon. Aprovechando que el personal esta de vacaciones y la apatía (yo diría mas bien complicidad que también tendrá que pasar factura) que aqueja a la borregada atlética, peluquín y Picasso han cometido una nueva fechoría. Tras la venta de Torres ahora la venta del estadio. Ya no queda nada, ya solo queda el solar, ahora si que ya no nos queda sino la refundación.

Si uno se lee con atención las cifras del articulo siguiente, deduce que el Atlético de Madrid recibe 260 millones de euros, de los que un 15% pertenecen a Martinsa (para aquellos que no lo recuerden, los dos canallas vendieron una parte de nuestro estadio al que en aquel momento era el presidente del club de la Castellana, golpeando de nuevo todo atisbo de vergüenza que pudiera existir en semejante duo de criminales). Es decir que la marca recibiría 221 millones de euros una vez descontado el porcentaje del ex presidente vikingo.

Resulta que en el acuerdo de marras, la marca se compromete a pagar las siguientes cantidades:

  • 160 millones para la construcción del estadio de La Peineta
  • 20 millones más para adaptarlo a la práctica del atletismo en caso de ser designada Madrid ciudad olímpica.
  • 40 millones para el soterramiento de la M-30 a la altura del actual estadio.
  • 25 millones para la urbanización de la futura zona residencial. (me gustaría saber si el Real Madrid pago la urbanización de su antigua ciudad deportiva)

Total de la partida de gastos entre 225 y 245 millones.

En el mejor de los casos, la marca tiene un estadio nuevo por 4 millones de euros a sumar a la deuda de 440 millones de euros (130 según los asesinos de ilusiones) en el peor de los casos 24 millones extra para esa deuda creada por los delincuentes (menos de 1000 millones de pesetas era la deuda en 1992, la ultima de la que queda prueba palpable – ahora son 20.000 si hacemos caso a los gilistas o mas probablemente 73.000)

Eso si, la construcción de las viviendas, ¿quien la hace? ¿Será Gilmar, la inmobiliaria fundada por la zafia ballena, la promotora de la misma? Los beneficios de la operación son a todas luces (las luces de la operación ciudad deportiva o las luces de la venta de Mestalla por ejemplo) ridículos para la marca pero ¿son tan ridículos para los condenados por el Tribunal Supremo?

Sin desperdicio el editorial de Alfredo Relaño en el AS de hoy, difícil de alcanzar semejante nivel de iniquidad moral pero de tal bastardo no puede esperarse nada mejor sino el servicio de lacayo al mejor postor…. Que diferencia con respecto a otros reporteros más honestos que se plantean dudas al cuento de hadas.

En fin, hierve la sangre y alcanzamos una nueva cota de desesperación mientras esperamos a ver de donde nos va a caer el próximo golpe

1 comentario:

Anónimo dijo...

En lo de la venta del estadio estoy convencido de que tienes toda la razón (yo de números, aparte, no entiendo ni papa), pero en lo que estoy en completo desacuerdo es en tu desafortunadísimo comentario sobre Reyes.

No voy a ser tan lelo de creerme que el gitanillo aparcacoches desdentado sea Atlético de corazón, porque, de hecho, jugadores de corazón de un equipo los hay contados con los dedos de una mano (y algunos gilipollas hasta los traspasamos, pero esto es otro tema).

Ahora bien, por una puta vez en la vida (rara vez) el hecho incuestionable es que un jugador le ha dicho NO al Madrid (que lo daba completamente por fichado, oí una entrevista a Schuster el domingo en el Larguero y él contaba al 100% con el jugador, aparte no tienes más que leerte las declaraciones de Mijatovic y Calderón estos días pasados) y ha preferido venirse con nosotros. Probablemente, porque jugará más, porque ganará más talegos, por lo que sea, pero se ha venido aquí, y me parece de un aborregamiento y un acomplejamiento supino el pitar a un jugador por lo que pueda haber hecho en su pasado, aunque este esté relacionado directamente con los putos vikingos.

Miguelito, reacciona, hijo, que ya está bien de tener siempre en la mente al puto Mandril de los cojones. El día que nos olvidemos todos de ellos y seamos capaces de concentrarnos más en lo nuestro, demostraremos de nuevo nuestra grandeza. Una cosa es la rivalidad, otra el acomplejamiento.

Por otro lado, discutir las cualidades futbolísticas de Reyes (de las cuales adolecemos bastante, como bien demuestra nuestro patético peregrinar por la primera división española durante los últimos años) es un insulto a la inteligencia futbolística de cualquier ser humano. No pienso entrar en ello.

Así que, déjate de subnormalidades profundas, y, no os pido que le idolatréis como si del mismísimo Futre fuese (jugador que también se marchó, por cierto), pero que tampoco perjudiquéis al equipo en lamentables actos que lo único que demuestra es un complejo de inferioridad supremo frente al eterno rival.

Atentamente suyo.

Tomi.