Fidel Castro acaba de delegar su poder en su hermano Raúl. Entre la opacidad del régimen y las ansias de la oposición no hacen sino alimentar rumores de todo tipo, las enfermedades de todo tipo se le suponen al casi octogenario líder.
Coincide esta delegación con insistentes artículos en la prensa internacional sobre la preparación de la sustitución e incluso con la revelación del propio régimen de la estrategia de sustitución del líder por el partido en el último congreso del PC Cuba. Todo aquello hacia más previsible lo que ocurrió ayer pero sin embargo, la sorpresa ha saltado y ahora se abre un periodo de expectativa.
Esperemos que después de la expectativa solo encontremos lo mejor para el pueblo cubano, la recuperación de las libertades y los derechos humanos, sin verse sometidos a la influencia y control del gigante del norte, sin volver a ser el prostíbulo y el casino de Florida y respetando los avances en materias como la educación, la sanidad y el nivel cultural conseguido en estos años de penurias y de falta de libertades.
Igual de patéticas son las imágenes de los manifestantes en Miami afilando los colmillos, como las que vemos en las capitales europeas apoyando al régimen del tirano. Apoyemos al pueblo de cuba a liberarse sin hipotecas que pagar a los supuestos libertadores.
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